Ella, ayudaba a Ogum en su trabajo; cargaba sus instrumentos, manejaba la fragua para avivar el fuego de la forja.
Un día, Ogum le dió a Oyá una vara de hierro igual a una que él tenía, que le permitía dividir a los hombres en siete partes y a las mujeres en nueve, en el caso de que entre ellos se produjera una pelea.
A Xango le gustaba sentarse junto a la forja, para ver a Ogum trabajar el hierro y, siempre lanzaba miradas a Oyá; ella por su parte, también lanzaba miradas a Xango.
Xango, era muy elegante, sus cabellos estaban trenzados, usaba aros, collares y pulseras.
Su imponencia y su poder, impresionaron a Oyá.
Un día, Xango y Oyá huyeron y Ogum, se lanzó en su persecución.
Encontrando a los fugitivos, blandió su espada mágica; Oyá, hizo lo mismo y se tocaron a un mismo tiempo.
Es así, que Ogum fué dividido en siete partes y Oyá en nueve.
Ogum recibió el nombre de Ogúm Mejé y ella de Iansá, cuyo origen viene de Iyámésan, que quiere decir: Madre transformada en nueve.
Gracias Nohémy!
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