Caramuru disparó.
En aquel tiempo, se llamaba Diogo Álvares Correia.
Era un tipo con suerte.
Mientras sus compañeros habían servido de aperitivo a los tupinambás, él los había deslumbrado con un disparo.
El y su instrumento que vomitaba fuego, fueron entronizados en aquella comunidad amerindia...
Caramuru, lo llamaron y le asignaron una esposa, la hija del jefe de los tupinambás, llamada Paraguaçu, que por amor a su esposo, adhirió al catolicismo y fué bautizada como Catarina...
Pero, no nos adelantemos...
Caramuru, bígamo por tradición e infiel por nacimiento, se entretuvo también en los brazos de otra mujer: Moema.
Moema, era también hija del jefe Itaparica, era... la hermana menor... la segunda hermana.
Ardiente, seductora, compartió familia y esposo con su hermana, en todo segunda...
Pero llegó el día, en que Catarina y Caramuru partieron para Europa.
Moema, inevitablemente los vió partir en aquel barco, sin resistencias y sin consuelo...
Moema gritaba desde la playa el nombre de su amado. Se arrojó a las aguas del mar y nadó desesperada, creyendo en su locura, poder alcanzar la carabela.
El barco se alejaba cada vez más y Moema nadaba y nadaba, en la sóla compañía de los peces.
El barco alcanzó el horizonte y Moema seguía nadando, abriéndose paso entre las aguas.
El barco desapareció y Moema siguió nadando y... el amor, pobló para siempre la Bahía de Todos los Santos...
Jorge Amado
